¡¡¡Vamos a jugar al UNO!!!
¡ Hola a todos!
¿Qué tal estáis? ¡Yo muy bien! Con muchas ganas de contaros que os traigo otro juego muy divertido para repasar las tablas de multiplicar.
Para jugar a este juego del "UNO MULTIPLICATIVO", necesitamos una baraja de cartas UNO y unas cartas adicionales que yo misma os proporcionaré en clase.
A continuación, os dejo el enlace a un vídeo en donde explico cómo vamos a jugar.
¡Lo vamos a pasar en grande en clase!
Pincha en el siguiente enlace para ver el vídeo:
https://1drv.ms/v/s!AtxP5c7YyXDWhXOm064ntU44DaX9?e=y12r9W
Además os dejo un bonito cuento, que os ayudará a entender, por qué es importante aprender a jugar a este juego tan divertido:
"El cuento de la escuela Arcoíris"
En un colorido salón de clases de la Escuela Primaria Arcoíris, los alumnos de segundo grado estaban emocionados por aprender las tablas de multiplicar de una manera divertida y diferente. La maestra, la señorita Clara, tuvo una idea brillante: ¡usar el juego del Uno para enseñar las tablas de multiplicar!
Los niños estaban entusiasmados con la idea. Cada carta
del Uno tendría una multiplicación en lugar de un número, y debían resolverla
correctamente para jugarla. Así comenzó la emocionante aventura de aprender
matemáticas de una manera divertida.
En este grupo de estudiantes, había cuatro amigos muy
curiosos: Ana, Diego, Laura y Marcos. Cada uno estaba emocionado por aprender
las tablas de multiplicar de una manera nueva y emocionante.
Ana, la más ansiosa por aprender, se sumergió de
inmediato en el desafío de resolver las multiplicaciones en las cartas del Uno.
Diego, siempre dispuesto a ayudar, se ofreció a ser el árbitro del juego,
asegurándose de que todos resolvieran correctamente las multiplicaciones antes
de jugar una carta.
Laura, la más creativa del grupo, sugirió usar canciones
y rimas para recordar las tablas de multiplicar mientras jugaban. Y Marcos, el
más competitivo, estaba decidido a convertirse en el campeón del Uno
multiplicativo.
Cada día, durante la clase de matemáticas, los cuatro
amigos se reunían alrededor de una mesa, con cartas del Uno esparcidas por
todas partes. Resolvían multiplicaciones, cantaban canciones y se divertían
mientras aprendían las tablas de multiplicar.
Con el correr del tiempo, los niños se volvieron expertos
en las tablas de multiplicar. Ya no necesitaban mirar las respuestas en los
libros, ¡las tenían en la punta de la lengua gracias al juego del Uno
multiplicativo!
Al final del trimestre, cuando llegó el día de la gran
prueba de matemáticas, los cuatro amigos se sintieron confiados y preparados.
Resolvieron cada multiplicación con facilidad y precisión, demostrando que el
aprendizaje puede ser divertido y emocionante cuando se trata de matemáticas.
Desde ese día en adelante, cada vez que jugaban al Uno,
recordaban con cariño cómo habían aprendido las tablas de multiplicar de una
manera tan especial y divertida. Y aunque ganar en el Uno era emocionante, el
verdadero premio era haberse convertido en maestros de las matemáticas gracias
a su ingeniosa maestra y al juego del Uno multiplicativo.